Tipo de cambio: Acomodo Vs. Estrategia
Los movimientos del tipo de cambio se asocian convencionalmente con las corrientes del comercio exterior, la tasa de crecimiento de los precios, con la determinación de las tasas de interés, la deuda externa (pública y privada), los ajustes del nivel de la actividad económica y con las transacciones financieras, como la colocación de valores, el intercambio de divisas y la cartera de créditos. La tendencia actual hacia la apreciación del peso frente al dólar puede contraponerse con estos aspectos del desempeño económico para valorar su incidencia y sus posibles repercusiones.
Durante las dos últimas décadas, tiempo en el que han ocurrido tres crisis financieras de distinta naturaleza y con distintos efectos en la economía, pueden apreciarse los movimientos del tipo de cambio, mediante la diferencia entre el llamado FIX que establece Banxico para solventar obligaciones denominadas en moneda extranjera y lo que se denomina como tipo de cambio teórico.
Actualmente el tipo de cambio está operando una vez más como ocurrió en 1994 pero, a diferencia de ese episodio, ya no sirve como un mecanismo de ajuste de las cuentas financieras del país. Es decir, que ni la apreciación ni la depreciación del peso frente al dólar impactan de modo efectivo en las corrientes de las exportaciones y las importaciones y, de ahí, en el nivel de la actividad productiva. El ajuste tiende a ser forzado a un fenómeno financiero sin un efecto de tipo más directo en las condiciones de la producción, el empleo y el funcionamiento de las empresas en el país.